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sábado, 11 de julio de 2015

KANT PEDAGOGO. Pensar en Educar y Educar para pensar.

kant y  la educacion
Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTfTxUdr_u3ZcYQhRnyhJStZ7pp_FDW5PHdbM6B__jwBELMxSJl6RFhlztFcNR1nHodYhXGAB4Aupq5NXTaGbiUBOjWyHcxAWLx7CgVKFESKptElKDhtuvgAlb8oKUWNbq1W2MmAi8WxPz/s320/1328338-1750398.jpg- la educación es una cuestión absolutamente indispensable para que la humanidad se desarrolle de manera positiva. Por esto mismos, cuanto antes se empiece a educar, mejor, pues se debe "acostumbrar [a las personas] pronto a someterse a los dictados de la razón" . En este sentido, los adultos, como personas educadas, representan el papel de su educadores (de los niños), en cuanto a lo que son, esto es, personas críticas capaces, por la educación recibida, no solo de saber diferenciar lo que es bueno de lo que no lo es para sus educandos sino también de proyectar su acción educadora con los más pequeños hacia el futuro, más allá de formarles para el presente conocido. Así, manifiesta que "el niño no debe ser educado con miras al mejor estado posible del género humano hoy, sino pensando en el mejor estado futuro, es decir: acorde con la idea de lo humano y con su completa definición." ¿Imaginas esta idea trasladada a nuestros días? .

Y es que nos preguntamos ¿PARA QUÉ EDUCAMOS?. Bien, es cierto que pensamos en su futuro, en su papel de adultos en una sociedad saludable. Pero… ¿QUÉ FUTURO?, Y ¿QUÉ TIPO DE SOCIEDAD?...  Es más, dudo de que alguien tenga la suficiente clarividencia como para saberlo.  Y es que los tiempos que corren nos han dado una buena lección respecto a la velocidad, vertiginosa, con la que parecen acontecer los cambios a nuestro alrededor. El mundo, tal y como lo entendemos en nuestros días, no guarda mucho parecido con el que vivieron nuestros abuelos. Las bombillas de incandescencia (sí, esas que tienen un filamento y que aún quedan en muchos de nuestros hogares) son retiradas al baúl de los recuerdos en septiembre de 2012. Jamás volveremos ya a ver las de 100 y 60 W  en la tienda y será a partir de entonces cuando solo las podamos ver en algún museo .
Tengamos cuidado, corremos el riesgo de educar a nuestros niños en el pensamiento social, cultural y económico en el que estamos inmersos. Pero, muy probablemente, este no es el que les será útil el día de mañana. No les haremos más libres por creer que si les educamos a nuestra imagen y semejanza o desde lo que nosotros conocemos –léase currículo ordinario- les estaremos favoreciendo. Y para ello necesitamos escuelas que favorezcan ideas nuevas, que permita visiones diferentes y que busquen horizontes múltiples y posibles:

“Hay que establecer escuelas experimentales, antes de que se puedan fundar escuelas normales. La educación y la instrucción no han de ser meramente mecánicas, sino descansar sobre principios. Ni tampoco sólo razonadas, sino, en cierto modo, formar un mecanismo.”

En resumen, no se trata de escolarizar a los niños para no hacerles pensar, ni hacerles pensar para no hacerles libres. Cualquiera de las dos opciones no prepara para un futuro en el que lo importante es estar preparado para la novedad, para lo que viene, para los retos del futuro que aún no conocemos. Kant fue un adelantado en su momento que no quiso que su labor como profesor se impusiese a su labor como maestro. Por ello, su preocupación por la transmisión de ideas que aportasen al individuo, no desde arriba, sino desde abajo, trasciende su época y se convierte en una lección atemporal.

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